domingo, 18 de abril de 2010

¿Quién dijo frío?


China puede seducirte de mil maneras diferentes, probablemente lo haga bajo la lluvia. Y es que, si algo tiene el Gigante Asiático para olvidar es su clima. Uno se siente helado en invierno y a la parrilla en verano. La humedad merecería un capítulo a parte, sin embargo, no hay ganas de sudar en este momento.

En el último año y medio nos hemos visto obligados a vestir prendas que en España serían algo exageradas en cualquier fondo de armario. Guantes, gorros, orejeras y camisetas térmicas, además de, doble calcetín. Para protegernos de las lluvias hemos tenido que comprar, en varias ocasiones, paraguas. La relación amor-odio que hemos experimentado con este artefacto ha sido curiosa. Es verdad que no resulta cómodo caminar por la ciudad portando ese objeto que muchos utilizan para recoger el mayor número de caramelos en la Cabalgata de los Reyes Magos, pero no queda más remedio. Primero probamos con uno pequeño. Resultó incómodo. Nos mojábamos, se rompía cuando soplaba algo de viento y siempre nos lo olvidábamos en algún lugar. Optamos por uno grande, estilo a los que se usan en los campos de golf. Mientras no llovía era un buen bastón y cuando lo hacía estábamos a cubierto. Parecía que habíamos acertado. Sin embargo, volvimos a olvidarlo. Quien sabe, en un taxi, en un café, en una Terminal de Ferry. Ahora cada uno lleva consigo un paraguas pequeño. ¡Qué suerte poder tirar fotos sin que se moje la cámara! Ya veremos dónde y quién lo olvida.


Desde nuestro regreso de Macao hemos podido escaparnos en dos ocasiones de nuestro apartamento y sentirnos como en “casa”. Por una serie de casualidades descubrimos Kuluska, una taberna vasca. La posibilidad de poder degustar “pintxos”, tomar un vino y oír a la clientela conversar en castellano, resultó cuanto menos interesante. La otra salida fue a una fiesta organizada por la anárquica Casa de España. Tuvo lugar en el “Signal tower”, un local situado en el Bund con vistas al “skyline” de Pudong. Allí pudimos tomar una sangría y un cocktail que aspiraba a ser un “destornillador”. El “look” flequillo cortinilla, barba perfectamente presentada, al más puro estilo torero, fue una divertida sorpresa en Shanghai.

Esta semana hemos empezado a seguir una nueva serie, “The wire”. Confiamos en que no nos dejen con la miel en los labios, como nos ocurrió con: “Dexter”, “Heroes” y “Twin Peaks”. Gracias audiencia por cansarte de estos títulos y dejar de verlos. Ahora nunca sabremos cómo acaban.


Palabra: apariencia.

Cita: la universalidad de Groucho Marx es patente 33 años después de su adiós “Bebo para hacer interesantes a las demás personas”.

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1 comentario:

  1. ¿Flequillo cortinilla en Shangai? je,je. Y a la Kuluska y sus pintxos ¡qué pena que no la conociérais antes! Podíamos haberla hecho una visita.

    Esclaramunda

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