miércoles, 1 de junio de 2011

¡"Huanying" Nicolás!

Hace poco más de un año nos estábamos preparando para volar a España. Nuestro destino era la isla de La Toja, en Pontevedra. El motivo no era otro que ver desfilar a Silvia de blanco y a Jaime vestido de pingüino, al ritmo de Mendelssohn, camino de una ermita cubierta de conchas de mar. El “Sí, quiero” se convirtió en la ante sala de lo que hace unos días se presentó como la mayor alegría de esta pareja  amiga y querida. Nicolás.

Falta tiempo para que nos presenten formalmente, aunque Jaime, tu papá, ya nos ha enviado tu primera fotografía. Nicolás, disfruta de este momento de atenciones, mimos y cuidados, privilegio reservado a unos pocos y con fecha de caducidad. Espero poder contarte historias de tu padre y oír las confesiones que le negarás, eso es lo que hacen los tíos entre comillas. Sí, tus padres están ilusionadísimos contigo, pero otras personas que tú todavía no conoces también lo están por tu llegada. 

Papás, os damos la enhorabuena, un años más. La verdad, no ganamos para alegrías por vuestra parte y eso nos hace felices. Desde la distancia, dos amigos gritan “Campei” por vosotros. Y por Nicolás. 

Nunca hemos encontrado una excusa para dejar de conocer cada ápice de particularidad de las costumbres chinas. El domingo pasado nos invitaron a una cena en casa de nuestra amiga Xian Zhang, con marido, hijo, suegra y cuidadora incluidos. Bonita casa, donde se respiraba esencia española gracias a su paso por nuestro país. El mantón de manila decoraba el mueble de la televisión, una guía de viajes de España posaba sobre su estantería y un ¨Bienvenidos¨ no daba pie al equívoco. La suegra (o mama, como la llaman en China) se empeñó en darnos unas clases de mandarín y nosotros bien que se lo agradecimos. Es asombroso cómo valoran una breve conversación en su idioma, lo perciben como si les mostrases lo mucho que valoras su cultura. 

Li Jel, el rey de la casa con solo cinco meses, sacó la sonrisa de todos. Cogía las empanadillas con ansias de comérselas todas, chocaba su palma contra la nuestra y lloriqueaba como cualquier bebé de su edad. Pronto nos dimos cuenta de que Jel tendrá unas profundas raíces españolas, gracias a su madre y a la que nosotros podamos inculcarle. La multiculturalidad es el futuro y en China está a la orden del día.  

Por cierto, en China se tiene en cuenta el tiempo que el bebé ha pasado en el vientre de la madre. ¿Quién se atreve a sumarse un año? 

Palabra: hijo
Nicolás, algún día entenderás las palabras de Erich Fromm “El nacimiento no es un acto, es un proceso”.

1 comentario:

  1. El post de hoy es muy tierno, bueno, no es para menos. Yo también quiero dar la bienvenida a Nicolás y la enhorabuena a sus papás.
    Y ¿cual es la traducción del nombre del bebé chino? me gusta saberlo porque son muy imaginativos.

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