Habían pasado cerca de cuatro meses desde la última vez y nos volvimos a encontrar en un aeropuerto. Lo mejor, que parecía que no había pasado el tiempo. El virus H1N1 puso en peligro el desembarco de un cargamento de jamón muy esperado. Nuestra visita se ha portado, ha hecho los deberes y supo sortear la parafernalia que se montó por una supuesta pandemia que, a día de hoy, no es más que un recuerdo de la primavera de 2009 con cierto aroma a cerdo.
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El centro de operaciones de la planta 17 nunca tuvo tanta vida como la que tiene esta semana. Levantarse por la mañana y, de camino a la cocina, ver a dos conocidos cuerpos tirados en el colchón del salón nos dibuja una sonrisa en el rostro. Las visitas son una suerte cargadas de significado.
El centro de operaciones de la planta 17 nunca tuvo tanta vida como la que tiene esta semana. Levantarse por la mañana y, de camino a la cocina, ver a dos conocidos cuerpos tirados en el colchón del salón nos dibuja una sonrisa en el rostro. Las visitas son una suerte cargadas de significado.
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Un chofer con alma de piloto de F1 nos llevó al tramo de la Gran Muralla situado en Simatai. Esta vez el espectáculo no estuvo en la serpiente de ladrillo que se retuerce en la cima de las montañas más de allá del horizonte. El viaje de ida y de vuelta en un viejo Wolfwagen Jetta fue una atracción temeraria y retrato de un país por construir. Adelantamientos múltiples en vías de dos sentidos tanto por la derecha como por la izquierda. Apuradas de frenadas por culpa de un ficticio pájaro, música de claxón para avisar de que se iba a hacer esa maniobra imposible para los que no conducíamos ese coche y un largo etc. que no solo asustaría a los que portan una L en la luna trasera de su vehículo.
Un chofer con alma de piloto de F1 nos llevó al tramo de la Gran Muralla situado en Simatai. Esta vez el espectáculo no estuvo en la serpiente de ladrillo que se retuerce en la cima de las montañas más de allá del horizonte. El viaje de ida y de vuelta en un viejo Wolfwagen Jetta fue una atracción temeraria y retrato de un país por construir. Adelantamientos múltiples en vías de dos sentidos tanto por la derecha como por la izquierda. Apuradas de frenadas por culpa de un ficticio pájaro, música de claxón para avisar de que se iba a hacer esa maniobra imposible para los que no conducíamos ese coche y un largo etc. que no solo asustaría a los que portan una L en la luna trasera de su vehículo.
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Por lo visto, Yashow apuesta fuerte y gana la partida a muchos puntos, a priori, de mayor interés turístico. Dos visitas, cuatro shop-adicts. Tanto el mercado de Yashow como el de la Seda se muestran como una cultura de vida ante los turistas. El famoso duoshao qian? es la primera frase en chino que toda visita aprende y es que el regateo se ha convertido en una atracción: por sus precios y por la diversión. Al contrario de otros países donde esta práctica es habitual, en China todo es más fácil. El precio que te digan, rebájalo al 20%, ponles una sonrisa y lo conseguirás después de un buen rato, eso sí, un rato largo.
Por lo visto, Yashow apuesta fuerte y gana la partida a muchos puntos, a priori, de mayor interés turístico. Dos visitas, cuatro shop-adicts. Tanto el mercado de Yashow como el de la Seda se muestran como una cultura de vida ante los turistas. El famoso duoshao qian? es la primera frase en chino que toda visita aprende y es que el regateo se ha convertido en una atracción: por sus precios y por la diversión. Al contrario de otros países donde esta práctica es habitual, en China todo es más fácil. El precio que te digan, rebájalo al 20%, ponles una sonrisa y lo conseguirás después de un buen rato, eso sí, un rato largo.
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A decir verdad, la lejanía con España despierta y provoca a nuestros sentimientos por muchos motivos. Echamos de menos a nuestra familia, a nuestros amigos, a nuestra cultura. La ausencia de miedo ha conseguido que paulatinamente vayamos asentándonos, vayamos adoptando la nacionalidad de Beijing ren. Una rutina tan minúscula como una copa los viernes por la noche aún no había entrado en nuestro cuaderno de bitácoras pero Borja y Kike lo han escrito en letras mayúsculas. El viernes decidimos ir a Cargo, una de las variadas discotecas que custodian el Estadio de los Trabajadores, para probar suerte con los locales que saben de ocio. Grandes coches en la puerta y los ya controles rutinarios en cada puesto de entrada. Dos minutos nos hicieron falta para darnos cuenta de que no sería difícil divertirnos, sentirnos como en casa, y así fue. Los chupitos en cubetas de laboratorio nos acercaron a los presentes y una china nos enseñó a bailar como ellos lo hacen. Parecía que no… pero tenía su encanto. Movimientos simbólicos que acercaron posturas y nos mostraron lo mejor de su personalidad: el respeto y admiración a todo ser humano. Nada de pisotones, de malas caras ni de intenciones “atacantes”. Una gran noche que terminó en un amanecer desde el coche y una afonía que aún perdura.
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Los días sin mañana no entran en nuestros planes porque no permitiremos que se rompa la esperanza. ¿Qué es lo que se espera de esta vida? Cada uno de nosotros sueña, como niños que somos, pero sólo dejarán de ser utopía si no esperamos a que pinte la ocasión. Dos trazos y un borrón, eso es la vida, aquella en la que el pulso con el miedo nunca debe ganar la partida.
Los días sin mañana no entran en nuestros planes porque no permitiremos que se rompa la esperanza. ¿Qué es lo que se espera de esta vida? Cada uno de nosotros sueña, como niños que somos, pero sólo dejarán de ser utopía si no esperamos a que pinte la ocasión. Dos trazos y un borrón, eso es la vida, aquella en la que el pulso con el miedo nunca debe ganar la partida.
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Leo y tu fuerza me contagia.
ResponderEliminarTengo que saber cómo se baila en China.
Un abrazo!
Que alegria de veros tan contentos,se nota que lo estais pasando bien,las fotos muy chulas,estais muy guapos.
ResponderEliminarComo os gusta regatear a los chinos,y que bien se os da,cuando vengais a Madrid ¿no hareis lo mismo en el Corte Ingles?
Seguir disfrutando.
Y que la esperanza nunca se rompa.!!!
Llegaremos a tiempo.
Besitos para todos.
(MILI)
Vais a tener que visitar la muralla china... por lo menos... una vez más!!!!
ResponderEliminarHola primos, siento no haberos escrito antes, pero mis estudios me lo impedían ;). Etoy orgulloso de vosotros, pues ya veo que sois capaces de(casi) pasar desapercibidos en las transitadas calles de Beijing, y que el tiempo que habeis estado fuera de vuestro hogar no se os ha hecho largo; me parece una buena señal. Es estupendo que ya os atrevais hasta con sus bailes y que os divirtais como verdaderos chinos. me han encantado las fotos, sobre todo, la de La Gran Muralla. besos y abrazos desde Pasifae 11¡¡¡
ResponderEliminarÁlvaro
vais a terminar cansados de tanta muralla china jeje. Cada persona que vaya os tocara volver. Pero todo sea por el jamón, verdad? ^^
ResponderEliminarQuiero beber esos chupitos! Que colores tan raros y q curiosidad.
Si sq los hay con suerte y los hay q stan de examenes... aisss
Disfrutad! muak
Alguien me puede decir si tendre problema en la aduana china con un medicamento opiaceo llamado metasedin.?
ResponderEliminares metadona en pastilla para dolores fuertes.
Llevo informe medico y el medicamento en su embalaje.
¿tendre que llevar traducido los informes del medico?.
Es muy importante por que debo cumplir la fecha de mi boda alli.
A.M D
Hola A.M D, ante todo, sentimos la demora pero desde China blogspot está capado y tenemos que pedir ayuda para colgar los textos y comentarios. En cuanto a la aduana y los problemas que puedas tener, nosotros te recomendamos que lleves todos los informes que puedas pero no creemos que necesites traducirlo a chino. Actualmente, están muy estrictos con el tema de la gripe, dejando de lado todos los demás asuntos de aduana así que si antes, a priori, no tendrías problema, ahora creemos que menos aún. De todas formas, si quieres, llama o pásate por el Consulado de China en tu ciudad y pregunta que, a veces, pueden responderte a este tipo de cuestiones. ¡Buen viaje!
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