lunes, 15 de marzo de 2010

El secreto de tus palabras

Calles con historia, míticos bares. Shanghai es pasado y presente. La influencia extranjera en los siglos XVIII y XIX ha provocado un fuerte ilusionismo en cada uno de los rincones de la ciudad. Esta semana hemos descubierto uno de esos lugares donde se refugiaba una conocida escritora que reconoceréis más de uno. Ying Yang, la fuerza del bien y del mal, la publicación en Occidente de su obra y la censura en China de ese mismo libro. No escribimos de otra que de Wei Hui y su “Shanghai Baby”. Lejos de estar en una de las plantas altas de un recién inaugurado rascacielos, el bar YY se encuentra en una pequeña y exclusiva calle de la Concesión Francesa. Sentarte y mirar a tu alrededor el mestizaje, la liberación, la evolución. Los chinos se entremezclan con los extranjeros al tiempo que juegan al ajedrez o toman un cocktail. Esta es la esencia shanghainesa y el futuro que ellos muestran se presenta alentador.


Los periódicos llenan sus páginas de acuerdos entre países para proteger el clima y el medioambiente mientras que las nevadas y los terremotos no dejan de sacudir nuestro planeta. Hoy hay acuerdo, mañana no lo hay y, acaso, ¿hay alguna diferencia entre ambas conclusiones? El pasado 9 de marzo, Shanghai se levantó nevando, copos dignos de los Pirineos que cubrían las bicicletas de los locales (y las nuestras). Asombra que todavía, a día de hoy, tengamos esas nevadas, pero asombra aún más que el viernes llegásemos a los 20 grados. El contraste no es sólo patente en la sociedad y en sus calles, también lo es en el clima que nos protege y nos destruye.

Y mientras tanto, esperamos la llegada de la Semana Santa en España. Aquí no saldrán procesiones ni los estudiantes tienen vacaciones. ¿Las torrijas? Sí, esas tal vez lleguen a nuestras sartenes para hacernos sentir más cerca de casa. Pero con dulce o sin él, en pocos días un pedacito de Madrid llegará al Aeropuerto Internacional de Pudong. Las mamás descubrirán de primera mano una ciudad que apasiona a todo el que la pisa. El papá añora el lugar que le acogió por primera vez en China. Ellos vienen a disfrutar. Shanghai está dispuesta a deleitarles.

Un pedazo de nuestra alma se va con la literatura, con Delibes. El pasado viernes falleció un cazador de las palabras y de los sentimientos. Todos le querían, todos le admiraban. La sombra del ciprés es más alargada de lo que imaginaba y el sol proyecta su energía para que sus obras duren más que cinco horas con Mario, en este caso con España y con el mundo.

El vallisoletano Miguel Delibes amó su tierra por encima de todo: “Si el cielo de Castilla es alto es porque lo habrán levantado los campesinos de tanto mirarlo”.

LA PALABRA DE ESTE POST: CONSTANCIA

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2 comentarios:

  1. Torrijas en Shanghai???? Sóis lo más!!!!!!!!!!!!!!!!

    Un besazo!!!!

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  2. Delibes fue un genio, sin duda.

    Un abrazo desde el norte del sur... de Europa.

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