Camarote que abre sus puertas a MDR

Las palabras colgadas en nuestro blog el día dos de agosto fueron la crónica de un mes en el que se dieron la mano España y China. Desayunos compartidos, paseos a orillas de Long Tan, conversaciones que recordaban a una vida que cambió el pasado mes de enero. Las imágenes están en nuestra mente y las palabras escritas en su diario, aquel que sólo ella y nosotros sabremos valorar. Treinta y un días que nos hicieron sentir que nunca nos alejamos y que nos dieron fuerzas hasta diciembre. Menzou Carol.

En Madrid la mar es importante porque no la tenemos a la vista, en Beijing al Sol se le extraña porque hace tiempo que no tenemos noticias de él. Vivimos el verano a través de los correos de los amigos, de las fotos que colgáis en el muro y que tanta envidia malísima despierta en nosotros.

Durante los últimos meses nuestra atención se ha dirigido a escuchar, a observar y a aprender de quienes por aquí han querido pasar, que han sido muchos y cada uno de su padre y de su madre. Beijing, sin poder evitarlo ha pasado a un segundo plano y se ha limitado a ser un simple escenario. Nos ha presentado nuevos rincones, desconocidos hasta ahora y por fin descubiertos gracias a las inquietudes de alguien que anima a un piloto que se juega la vida a más de 300 km/h al grito de “¡Qué rico!”. Me pregunto qué pensará Dovi.

El calor de las altas temperaturas nos ha dado una tregua y la lluvia llega día sí, día no, a modo de torrencial. Estos días en Bj se respiran otros aires más húmedos y también más ripenses. Disfrutar de la noche de la capital estos meses de verano es un regalo pero lo es más aún hacerlo con tus amigos de Madrid. Una quesadilla en la terraza del mexicano Luga´s y un cocktail en Kokomo fueron sólo el aperitivo de una noche de domingo. ¿Quién dijo que los chinos no bailaban? La música negra pone el ritmo en muchas de sus discotecas. Curioso a la par que divertido fue comprobar lo tocones que son algunos.

El cuerpo embalsamado de Mao en el interior de su Mausoleo, fue una visita interesante. Miles de personas haciendo una cola que nunca se detenía para pasar por delante del hombre que fundó La República Popular de China. También recordamos la visita a las ruinas de Yuanming Yuan. Un bonito parque con un gran estanque lleno de nenúfares y unas ruinas que invitaban a imaginar la grandeza que allí hubo. Para finalizar este breve pero esperado itinerario para nosotros (la idea de renovación llega un momento que es necesaria) tenemos que mencionar el barrio musulmán. Marx dijo que “la religión es el opio del pueblo”, pero en China han comprobado que no pueden imaginar un mundo sin religiones como decía John Lennon. Al sur de la ciudad se encuentra una mezquita de arquitectura tradicional china pero, llena de chinos que leen El Corán. Por esta parte de Beijing, los caracteres comparten espacio con la caligrafía árabe.

Como si llegase al Aeropuerto Internacional de la Capital por un asunto de negocios, decidido, confiado, apareció Jose tras las puertas de la salida de pasajeros. Con cara de haber descansado y la energía de los más entusiastas llegó para observar, para aprender una cultura nueva. ¡Qué rara sensación la de ver a un gran grupo de amigos en la ciudad que por el momento tiene calidad de “hogar”! Pero más extraño aún es ser consciente de la época vacacional que viven en España mientras que nosotros este año parece que no tendremos esa dosis de playa nacional. Seguiremos trabajando hasta diciembre entre Beijing y Tailandia. Allí nos mandan para escribir, aquello que nos mantiene vivos.

Portales como freegate nos permiten estar on line y dar un merecido descanso aquel que regaló a uno de nosotros el LP de Bad.