Muchos fueron los pensamientos sobre cómo iba a ser nuestro viaje, pero cuando estamos a punto de volver a España nos damos cuenta de que todo lo imaginado se ha quedado corto. Con poco equipaje y mucha energía llegamos al aeropuerto de Beijing, esperando encontrar esas dos caras amigas con las que tantas veces habíamos hablado por el skype a miles de km. A partir de ese momento comenzó un viaje irrepetible.
Nuestra primera dificultad: los palillos. Vergüenza ajena que sentíamos cuando todo el mundo comprobaba que nos comíamos dos granos de arroz…Pero tras muchos ensayos en un sinfín de restaurantes pudimos quedar satisfechos. Tanto como para hacernos nosotros solitos unos rollitos con carne de pato y salsa de soja. Sin embargo hay que reconocer que nuestras comiditas caseras a base de arroz con pimienta, tortilla, pescadito, lomo y quesito no tenían nada que envidiar a la cocina asiática.
Siempre recordaremos el hindú que rebosaba sus platos con comida, a nuestro vecino de mesa que nos deleitaba con su manera de sorber la sopa y a Ritan donde se encontraba el Annie’s… Lo único que se nos quedó pendiente fue probar ese plato típico de Beijing: los noodles o algo así? Lo que sí sabemos es que jamás olvidaremos ese aroma embriagador del llamado “tofu”, un manjar de la cocina china que recomendamos a todo viajero que visite esta tierra.
Dos semanas han dado para mucho; todo tipo de excursiones que nos han dejado paisajes y vivencias únicas. Desde ir en bicicleta por Tian´anmen con el caótico tráfico, pasear por la casa de los emperadores que durante dinastías habitaron esos palacios tan impresionantes hasta permitirnos el lujo de darnos un masaje chino en un “reservado” para 4, dando a conocer a nuestros simpáticos masajistas entrenadores de renombre internacional: Pepe Mel, siempre tendrás un hueco en el Guomao F.C.
La única espinita que nos queda es no haber estado en ningún parque típico chino, pero hemos tenido la oportunidad de ver una de las maravillas del mundo: La Muralla. Preciosa de ver pero dura de “escalar”. Nunca olvidaremos ese bocata de tortilla, a Vero con su espíritu deportivo por volver a casa andando 80 km. y el comportamiento de esos yankees chinos que Grisom tuvo la oportunidad de cotejar.
Pero lo que más recordaremos será a nuestros amigos los taxistas y su manía de hacernos recordar que el claxon de su coche funcionaba a la perfección; en especial el del “baby eructitos” sin olvidar la frase más sonada: “Peixín Jíee Xingfu Dajie Lukou”
Los mercados de Silk Market y Yashow se han convertido en nuestra segunda casa. Todo tipo de ropa, calzado, relojes y regalitos de viaje al mejor precio posible “finito” para tí amigo y por supuesto de primeras marcas… Mila, mila, bonito y balato guapísimo. Nuestra mejor amiga: Jenny. Gracias por ese traje y ese vestido a medida.
Todo esto no hubiera tenido el mismo sentido sin nuestras noches de juego abanico en mano y cuenco de noodles a medio hacer, “jugadas casi tan arriesgadas como hacer piragüismo o montar en canoa” daban paso a apuestas por cumplir y muchas risas dentro de este patio flamenco de la 1701.
Sólo nos queda agradecer a nuestros anfitriones el trato que nos han dado durante estos 15 días. A parte de amigos han sido para nosotros unos excelentes guías y traductores. Echaremos de menos ese ruidito de teclado de M que sonaba al amanecer junto con la imagen de G y su obsesión por la limpieza matutina. Pero sobre todo os recordaremos como unos auténticos writers y os deseamos mucha suerte en este proyecto que comenzasteis desde “zero” que poco a poco va dando sus frutos.
Gracias por todo chicos.
Raquel y Carlos.
P.D: En el próximo viaje en vez de queso y lomo traeremos una remesa de cepillos de dientes para uno que ya sabemos.
Esperamos y deseamos salir todos en la foto de la casa rural de este año
Linda crónica!
ResponderEliminarAy...los taxistas chinos...!cómo olvidarlos!
Un beso!
Otros q se han enamorado del mundo chino,eh??
ResponderEliminarpd; añadir un palito mas a lista de comentarios....
He leído el artículo de Zero y me ha gustado mucho. Es diferente del que leí en un principio. ¡Enhorabuena chicos!
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