Hace un mes aterrizamos en la terminal 3 del International Capital Airport de Beijing, diseñado por Norman Foster, creador de utopías disfrazadas de fibra de carbono. Una fecha que coincide con aquella frase, más que con el hecho en si del "Golpe", para el recuerdo de la breve historia de la democracia española "¡Se sienten, coño!". El desconocimiento de los chinos en cuanto a la persona de Tejero es notable, ningún telediario de la CCTv abrió sus domésticas noticias con aquel acontecimiento. A nosotros nos extrañó y teníamos que comentároslo. Ah! Este 23 de febrero del 4707, según el calendario lunar por el cual nos regimos, también ha sido el vigésimo noveno aniversario de uno de estos dos locos que anda buscando no sabe qué al otro lado del globo. El otro tampoco lo sabe y por eso están juntos.
Xièxie a los amigos y al primo que mandaron sus felicitaciones en forma de mails, a la abuela, al hermano, a los tíos y al primito que vía Skype dijeron "Felicidades" y al padre y a las mamás que llamaron por teléfono marcando un sinfín de números para recordar un paso de los años que se acelera.
La idea de tener amigos en un país nuevo es algo que comparte todo español que se precie y nosotros no íbamos a ser menos. Nuestras citas con chinos u occidentales ya, por fin, se pudieron dar la semana pasada y los resultados no han podido ser mejores. Shanshan fue la primera en atreverse a enfrentarse a dos personas con las que tendría que hablar en un idioma que no era el suyo. 20 años de experiencia que le sirvieron para aconsejarnos en el laberíntico mundo de las peluquerías y con la que ahora quedamos para unas lecciones de interchange chino-español. Dani, un español afincado en Beijing junto a su mujer china, puso el contrapunto. Alguien que acaba de ser papá por primera vez y, para más inri, con su particular toque oriental. Tal vez por eso, se apreciaba en su cara la felicidad por estar aquí y por transmitirnos el lado más positivo de Beijing y, la verdad, es que lo consiguió.
Xièxie a los amigos y al primo que mandaron sus felicitaciones en forma de mails, a la abuela, al hermano, a los tíos y al primito que vía Skype dijeron "Felicidades" y al padre y a las mamás que llamaron por teléfono marcando un sinfín de números para recordar un paso de los años que se acelera.
La idea de tener amigos en un país nuevo es algo que comparte todo español que se precie y nosotros no íbamos a ser menos. Nuestras citas con chinos u occidentales ya, por fin, se pudieron dar la semana pasada y los resultados no han podido ser mejores. Shanshan fue la primera en atreverse a enfrentarse a dos personas con las que tendría que hablar en un idioma que no era el suyo. 20 años de experiencia que le sirvieron para aconsejarnos en el laberíntico mundo de las peluquerías y con la que ahora quedamos para unas lecciones de interchange chino-español. Dani, un español afincado en Beijing junto a su mujer china, puso el contrapunto. Alguien que acaba de ser papá por primera vez y, para más inri, con su particular toque oriental. Tal vez por eso, se apreciaba en su cara la felicidad por estar aquí y por transmitirnos el lado más positivo de Beijing y, la verdad, es que lo consiguió.
A priori, el lado más oriental venía de Cecilia y su particular español adquirido en sus estancias en Cuba y Venezuela. ¿Casualidad? Aunque la sorpresa vino de otra persona que ella misma nos presento. Lee, un “guaperas” (como dicen que le llaman) de 26 años, amante del basket y del bádminton, quiso introducirnos en su grupo de amigos y nos invitó a lo que comúnmente se conoce allí como pachanga. Eso sí, esta vez sería de un deporte diferente al fútbol, uno que nosotros no dominamos. Y como de deportes iba el asunto, pronto conocimos a lo que, hemos intuido, es su mejor amigo. Allen, el Manolo Lama de estos lares, se presentó a lo grande al venir a buscarnos en su “llamativo” coche. Y es que ya sabemos que un trabajo en la radio como comentarista de deportes te hace no tener demasiado tiempo libre los fines de semana pero también te genera otras ventajas. Él se ofreció a pasar a recogernos para ir a esa cancha que tanto miedo nos daba al principio (todo hay que admitirlo). Cercanos, abiertos a conocer y, sobre todo, muy atentos. Nuestros nuevos amigos chinos puede que sean aquellos que nos introduzcan aún más en el ocio al que están acostumbrados la gente de Beijing. Ojalá así sea.
Desde la ventana de nuestro piso vemos un campo de fútbol que se usa para todo menos para jugar partidos. Aquí los balones piden la vez en la cola del paro. La distancia que nos separa es mucha, pero para la crisis parece ser poca. Del deporte rey en Europa se sabe poco por Beijing, teniendo a Yao Ming arrasando en la NBA y a muchísimos campeones del mundo de bádminton se entiende. Por ese motivo no dudamos en probar suerte en la práctica de estos deportes con nuestros amigos chinos. Mónica optó por el bádminton y Galo por el baloncesto. El pabellón nacional quedó bien alto, así lo certifican los comentarios que nuestros rasgados amigos nos regalaron: "Aprendes muy rápido" y "Eres un buen tirador". Hay que tener en cuenta que la indumentaria que teníamos no era la más idónea para hacer deporte, pero eran tantas las ganas que teníamos de volver a sudar que no nos importó y nos lanzamos a jugar con vaqueros.
Resulta curioso ver como una pequeña desconocida para muchos de ustedes, la webcam, está generando tan buen rollo e incluso animando a los indecisos a volar 10.000 km para volver a vernos y contarnos en persona lo que ahora hacemos a través de esta nueva herramienta amiga tecnológica. Cada una funciona de una manera, unas son cámaras de video, otras son cámaras de foto sin saberlo sus dueños, pero todas nos acercan un poco más al otro lado. A ti aquí y a nosotros allí.
Podemos imaginarnos el ambiente de Champions que se estará respirando en Madrid. Mañana se juega un clásico de la vieja Europa. Real Madrid-Liverpool, dos clubs con filosofías opuestas pero casi igual de alardeadas. Mónica y Galo, dos amantes del primer club de la ciudad y de la capital de nuestro reino, por mucho que os joda a algunos de vosotros, no se perderán la cita y a las 03:45 de la madrugada, CCTV5 mediante, estarán delante del televisor, esperando, cantar los goles del que nunca hace nada. El Muerto.
Desde la ventana de nuestro piso vemos un campo de fútbol que se usa para todo menos para jugar partidos. Aquí los balones piden la vez en la cola del paro. La distancia que nos separa es mucha, pero para la crisis parece ser poca. Del deporte rey en Europa se sabe poco por Beijing, teniendo a Yao Ming arrasando en la NBA y a muchísimos campeones del mundo de bádminton se entiende. Por ese motivo no dudamos en probar suerte en la práctica de estos deportes con nuestros amigos chinos. Mónica optó por el bádminton y Galo por el baloncesto. El pabellón nacional quedó bien alto, así lo certifican los comentarios que nuestros rasgados amigos nos regalaron: "Aprendes muy rápido" y "Eres un buen tirador". Hay que tener en cuenta que la indumentaria que teníamos no era la más idónea para hacer deporte, pero eran tantas las ganas que teníamos de volver a sudar que no nos importó y nos lanzamos a jugar con vaqueros.
Resulta curioso ver como una pequeña desconocida para muchos de ustedes, la webcam, está generando tan buen rollo e incluso animando a los indecisos a volar 10.000 km para volver a vernos y contarnos en persona lo que ahora hacemos a través de esta nueva herramienta amiga tecnológica. Cada una funciona de una manera, unas son cámaras de video, otras son cámaras de foto sin saberlo sus dueños, pero todas nos acercan un poco más al otro lado. A ti aquí y a nosotros allí.
Podemos imaginarnos el ambiente de Champions que se estará respirando en Madrid. Mañana se juega un clásico de la vieja Europa. Real Madrid-Liverpool, dos clubs con filosofías opuestas pero casi igual de alardeadas. Mónica y Galo, dos amantes del primer club de la ciudad y de la capital de nuestro reino, por mucho que os joda a algunos de vosotros, no se perderán la cita y a las 03:45 de la madrugada, CCTV5 mediante, estarán delante del televisor, esperando, cantar los goles del que nunca hace nada. El Muerto.
Por el momento, y para ir abriendo apetito, nos vamos a lanzar a cocinar una pizza made in Beijing. Una base (que dista mucho de las que allí se fabrican), que irá decorada con sucedáneos de jamón, queso español y, sobre todo, cocinada olvidando el horno que tanto echamos en falta para probar suerte con la sartén. ¿El resultado? Lo sabréis en el próximo post. Esperemos que sea tan bueno como el que obtenga nuestro equipo porque we will never walk alone.
Para los más fútboleros...pinchar aquí
http://www.youtube.com/watch?v=QjtdTPTxB-o
http://www.youtube.com/watch?v=QjtdTPTxB-o
A saber cómo era China en 1981, todavía existía el "telón de acero" y no había trazas de apertura alguna. Primero con las Olimpiadas y después con "dos tontos en apuros" [:-)] me voy enterando de la vida de una capital con muchos misterios para mí y de la que esporádicamente tenía noticias por españoles que regresaban de algún viaje.
ResponderEliminarNos alegra que vayáis entrando en la cotidianeidad del lugar y nos alegra también saber que sois bien acogidos.
A quien va a joder el partido es a vosotros que estaréis en vigilia hasta las tantas y espero que gane el Madrid porque si no, tanto desvelo...
¡Ah! y la foto en suspensión está fenomenal.
Mucha suerte y besos desde Madrid.
Hola Moni!!!!!
ResponderEliminarCómo salió la tortilla de patatas??? jajajaja!!! Menuda foto...
Es genial que ya tengáis vuestro "círculo de amigos". Es algo fundamental cuando se está lejos de casa. Sino, empiezas a tener pensamientos suicidas. Jajaja!! Pero veo que vosotros no vais a tener ese problema. Me alegro un montón!!!
¿Cómo lleváis el chino???