martes, 20 de octubre de 2009

Perdidos en Beijing

¿Si ZP te diera una semana de vacaciones qué harías? Tú no sé, pero si fueras chino visitarías Pekín como un occidental más. Creo que los 1500 millones de chinos coincidieron a principios de mes en la capital china. Tian´anmen, la Ciudad Prohibida, el Palacio de Verano estaba repleta de chinos celebrando sus días de ocio. Para que os hagáis un idea de la cantidad de chinos, hacían que la gran, gigantesca muralla china, esa que dicen se ve desde la luna, pareciese minúscula ante tanta cantidad de personas. Tan minúscula que mi fuerte de los playmobil pondría más resistencia a los mongoles... o mongoleños. ¿Se vería mi fuerte desde la luna? ¿Hubiese sido buen momento, ya que estaban todos los chinos en Pekín, para que saltasen a la vez?


Ángel



Me ha costado mucho escribir este post, y lo entrego con retraso, como se entregan las cosas que salen del corazón. Pero necesitaba alejarme un poco, dejar a mis recuerdos respirar, viajar, volver, mirar…

Como todas las cosas hermosas, este viaje ha llegado a su fin. Y como todas las cosas hermosas, me ha traído la melancolía al corazón. Es una ciudad que te atrapa o te horroriza. Que te acoge, o te lanza tan lejos que la distancia no te permitirá regresar, jamás, convirtiendo tus recuerdos en prejuicios coloreados del rojo de Beijing.

Beijing me atrapó. Me atraparon sus olores, sus colores, su mirada, ese cielo que siempre está a punto de romper a llorar, pero nunca llora, esas miradas rasgadas, su gente… Toda su gente. Las personas a las que desprecias por su ordinariez, a las que admiras por su estilo y sus lujos inalcanzables, a las que te acompañan a tu destino permitiéndote encontrar el camino, a las que te empujan y te pisan sin mirar atrás, y las que, con sus caras infantiles, miran con curiosidad tus ojos como platos.

Me atraparon sus contrastes, sus incongruencias, sus tradiciones, sus pasos de gigante hacia nuestra vida occidental.... Los inmensos edificios de cemento y cristal al lado de los grises hutongs, los impecables hombres de negocios al lado de sucios niños en cuclillas, los telediarios que hablan sólo del único partido del que pueden hablar junto a los blogs escritos desde algún escondido lugar, la gente que calla junto a la gente que sólo quiere gritar. Ese mundo tan enorme, sin fin, pero a la vez tan pequeño y con unos muros tan altos que dejan boquiabierta a la gran muralla.

Me atraparon los signos que humedecen el asfalto de sus jardines, las flores que inundan la ciudad, la policía que siempre te está esperando, sus transportes abarrotados, su moneda de papel arrugado, sus nenúfares, sus edificios sin memoria, sus edificios con demasiada memoria, sus campanas, su olor a incienso, sus baños públicos que te llenan de náuseas, sus niños silenciosos, las mazorcas de maíz, el distrito del arte, el…

Me atrapó Beijing.

Gracias Mónica, gracias Galo, por mis recuerdos de Beijing.



Elsa

2 comentarios:

  1. Vuelvo a repetirlo...
    Me atrapó Beijing!!!

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  2. Veo que todas las "visitas" se curran mucho el post que luego escriben. Y encima, se nota que hay nivel. O sea, que yo, me he puesto a practicar con el mio, por adelantado, para cuando vaya -espero poder hacerlo- a Shangai.
    ¡Ala!! a escribir todo el mundo.

    Esclaramunda

    ResponderEliminar


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