lunes, 16 de noviembre de 2009

Érase una vez…

El presente que vivimos en Beijing pronto pasará a formar parte de nuestro pasado. Lugares descubiertos, experiencias memorables, lecciones aprendidas. Hasta nuestra vuelta, contaremos aquello que despertó una chispa en nuestro interior, eso que nos llevaremos de una ciudad que ha sido nuestro hogar durante todo este tiempo.


Salimos de Madrid aún con el recuerdo reciente de unas navidades y llegamos a Beijing pensando en los días festivos que marcarían el inicio del Año del Buey. Dos celebraciones parecidas. Dos sensaciones diferentes. Lo que en nuestra ciudad llevaba en todo momento tintes de despedida, aquí se impregnaba de ilusión y, por qué no decirlo, de miedo. Echo la mirada atrás y pienso en esos días. Las frías calles se construían en nuestra mente con cada paso que dábamos.


Con la inquietud de vivir una navidad en un país diferente al mío, me desperté ese día 25 de enero sabiendo que sería su adiós a un año olímpico de triunfos y demostraciones (por lo visto, nunca podemos dejar de demostrar lo que somos). Soñé con un día que marcase el ritmo de mi corazón, que sintiese como si fuera mí propia navidad. No fue así. La navidad es magia pero no a cualquier precio. Quería sentirme uno más de ellos pero no pude. Tal vez algo dentro de mí no quiso poder. Por muy grande que sea mi pasión por China, mi país siempre tendrá mucho ganado.


Dicen que los chinos se aferran a la constancia hasta conseguir su objetivo. Pareció que esa noche la meta de los trabajadores del hotel en el que nos hospedábamos (y que algunos de vosotros conocéis) éramos nosotros. No cedieron hasta que nos sentamos a cenar con ellos. Así que ellos ganaron, sin querer hacerles un feo y dejando que ese ofrecimiento hiciese que nos sintiésemos algo más como en casa. Nos divertimos, nos indigestamos alternando las empanadillas con las gambas fritas y éstas con sus polvorones glutinosos por no saber decir un “no”. ¿Por qué íbamos a hacerlo? Somos nosotros los extraños y nosotros los que debemos adaptarnos.



A las 00.00 estalló el júbilo entre los chinos y todos salieron a la calle con sus petardos y fuegos artificiales mientras que mi mirada atónita les empezaba a comprender. Poco a poco descubriría más a fondo una forma de ser y un estilo de vida que escapa de nuestro control. El cielo se iluminó de luz y sonido para marcar el comienzo de un nuevo año lunar. Esta vez le ha tocado al buey ser el rey de la fiesta, mi horóscopo chino que espero siga acompañándome hasta el final de este año 4707.

Consumir preferentemente antes de tres meses desde su fecha de expedición. Sí, nuestros visados de turistas han ido caducando como los yogures. Dicen que si existe una solución, entonces no hay problema. Cada noventa días encontramos una excusa para seguir aprendiendo, sinónimo de viajar.



Hace muchos años que vi la película “La Caja China”. Desde aquel día quise conocer ese territorio del que los británicos tardaron tanto tiempo en desprenderse. Siempre me han seducido las ciudades coloniales, obligadas a sentir arraigo, despojadas de su identidad, a la deriva. Jugaba a imaginármelas, incomprendidas, solitarias, altivas, misteriosas, cultas, acogedoras. Que pereza debe dar luchar por tu independencia contra el imperio de turno que te colonizó y contra el país que te reclama. Pienso.


El día D fue el 16 de abril de 2009. Después de veinticuatro horas de viaje en tren llegamos a Kowloon. Estoy con ustedes en que más romántico hubiera sido atracar en un barco en el Puerto de Victoria, pero… Para ella no era su primera vez, así que me guió Nathan Road dirección sur, hasta el Star Ferry. La isla de Hong Hong se nos apareció ante nosotros. Y enmudecí. En ese momento se me vino a la mente “La Caja China” y pensé que si yo fuera británico también hubiera luchado por conservar ese pedazo de tierra. A la deriva, despojada de su identidad, obligada a sentir arraigo… Una ciudad colonial.



Nos parece una buena filosofía para salir de la crisis lo que sugiere Alfons Cornellá, presidente-fundador de Infonomía: “Del miedo al fracaso se pasa al miedo al riesgo. Y sin riesgo no hay innovación, no hay futuro”.

1 comentario:

  1. Buenassssss
    Si , ya esta acabando y parece que a tus "parroquianos" nos va a coger el toro ... como siempre. Nos vamos a dar cuenta de que has estado un año en China cuando ya estes de nuevo en Madrid contandolo.
    Ultimamente estoy simplificando mucho mi manera de pensar para entender mejor las cosas y hay muchos dichos , refranes y chascarrillos populares que estan cogiendo mucho mas significado. Por ejemplo , lo de que el tiempo es relativo es evidente pero el significado es perverso. Ahora que ya estas a punto de venir me doy cuenta que llevas un año fuera peleandote contra todo por estar un año viviendo como TU quieres vivir , teniendo lo que se dice soberania personal . Y ademas , no es que te hayas mudado a un piso con la novia y vayas los fines de semana a que te hagan la comidita y te laven la ropa , no ; tu te has independizado en otra ciudad , otro continente y a ratos por lo visto ,otro planeta. Aunque seamos malquedas y torpes para decirlo creo que sabes que estamos muy orgullosos de ti .

    Ademas , tenemos muchas ganas de conocer bien a Monica por que sabenos que si ella no hubiera estado a la altura tu aventura habria sido mucho mas dura y quiza mas corta .

    Te confieso que yo nunca he sentido curiosidad por China , es mas , siempre he sentido miedo de ir a un sitio tan lejos y tan diferente . Por supuesto todos estas ideas permanecen por que no he ido a visitaros... digamos que he tenido un año muy movidito.
    Respecto a las referencias peliculeras , yo siempre he asociado Taiwan , Pekin y las grandes urbes asiaticas con Pelis como Black Rain o Blade Runer .
    Cuando viaje a Asia sera por que me lo pide el cuerpo y me preparare mucho para aprobecharlo . Desde luego si me decido sé que tengo los mejores guias y a lo mejor , los mejores compañeros de viaje.

    Un abrazo

    fdo: El Fono

    Ah , a ti que que te gustan las frases celebres ...
    Segun Ortega y Gasset " El nacionalismo es una enfermedad que se cura viajando "

    Galo bebe ron , a ti monica de que te compramos la botella especial de botellon ?jejejejej

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