domingo, 22 de noviembre de 2009

Post de 400 palabras: 1 euro


Cuando cogimos el avión desde el Aeropuerto de Barajas dirección Beijing éramos conscientes de lo que dejábamos atrás, de lo que prescindiríamos en los próximos meses, pero hubo un detalle del que no fuimos conscientes hasta que llegamos. Vivir en Rivas me había creado ciertos hábitos que aquí han sido difíciles de subsanar. La aceituna, como lo llama mi padre, fue mi salvación y el mejor ayudante que pude tener para poder ir allá donde quería. Aquí en Beijing, lo echo de menos. La sensación de conducir por la A3 es ahora una nostalgia, un deseo.

Como diría el anuncio de BMW, “me gusta conducir” y en este país no es algo asequible para los extranjeros. Alquilar un coche o sacarse el carnet puede estar al alcance de muchos pero entender los caracteres de las carreteras comarcales y no perderte, eso no tiene precio. Así que asimilamos la derrota y buscamos una solución que llegó con la primera visita. En honor a la famosa película china “La bicicleta de Pekín”, barajamos la posibilidad de hacer deporte al tiempo que nos desplazábamos de un lugar a otro pedaleando en su medio de transporte estrella.

No vino con lazo ni se entregó el día de Reyes, pero el regalo de las bicicletas ha sido uno de los más útiles (junto al horno-microondas, todo sea dicho). “Forever” es su marca pero no representa de manera fidedigna la calidad de sus materiales. Hoy están oxidadas y emiten ruidos sospechosos, nosotros sabemos que así se sienten integradas en una sociedad donde las bicis no son para “fardar” sino para la necesidad diaria de moverse.


Han hecho su función. Han sido las responsables de muchas de nuestras satisfacciones y también de algún que otro encuentro fortuito con aquellos chinos que no miran al cruzar. Las “Forever” irán con nosotros a Shanghai pero conducir no es lo mismo que pedalear. ¿Dónde quedaron esas noches bajando la Castellana o los trayectos a Valencia rodeados de moteros que se dirigen al mismo destino que nosotras? Un coche es muchas veces nuestra segunda casa y a esa también tenemos ganas de volver.

Nos decís que en Madrid la primavera ha invadido el mes de noviembre, con unos termómetros que alcanzan los 20º C. Sin embargo leemos todos los días en un periódico digital noticias que presagian un oscuro presente y un desalentador futuro. Desde aquí no acertamos qué ropa ponernos ante tales volátiles predicciones.

La distancia que hay entre aquí y allí no nos ha hecho ajenos a una realidad personificada en largas, a veces optimistas, otras pesimistas, colas a las puertas de las oficinas del INEM. En China, el único país que crece el 7% por encima de su PIB, hemos padecido en nuestras carnes una crisis que parece haberle gustado España y amenaza con instalarse más tiempo del que se la había invitado en un principio. Amparados por esta situación muchos han encontrado la coartada perfecta para no pagar.
Creemos que esta crisis citada hasta la saciedad está siendo una máquina de hacer dinero para muchos aprovechados. En una situación como la que estamos viviendo sale lo mejor y peor del ser humano. Tenemos la oportunidad de cambiar una mentalidad que nos estanca y nos ahoga en nuestra propia mediocridad. Es momento de dar un paso al frente y así acercarnos a la salida. Si cada vez que se dijera la palabra “crisis” todos metiéramos un euro en una hucha (nosotros meteríamos 10 RMB) seguro que el dinero volvería a fluir por las frívolas autopistas del capitalismo que nos protege del ataque del Ejército Rojo.


Por nuestra experiencia podemos decir que las medidas que se están tomando para atajar la crisis no están siendo las idóneas. Se está saboteando una profesión al mejor postor, siendo dos partes, siempre ha sido la más débil la que más ha dado (nosotros) y la supuestamente fuerte se ha limitado a lamentarse y a no mirar con inteligencia la situación que vivimos.
A nosotros nos han sobrado los motivos para no desfallecer y seguir con nuestra idea, adaptándola a cada obstáculo que nos hemos ido encontrando. Optimismo, nuevas propuestas, decisión, ganas de querer hacer algo son las claves tópicas para que las colas del INEM, los despidos masivos, las reducciones de personal, los recortes en las ayudas, el periodismo ciudadano sean el recuerdo de una noche de frío invierno en Beijing.


Walter Lippman muestra la mentalidad que nos hemos encontrado “Donde todos piensan igual, nadie piensa mucho”.

4 comentarios:

  1. Aquí te espera la aceituna o el pepinillo, pero a la hora de conducir las cosas han cambiado mucho, la carretera de Valencia está muy cambiada,y del tema de las multas mejor no hablar, y acostumbrados a la forma de conducir de China....un gran cambio.

    Que poquito queda ya !!! yupiiiii

    (mili)

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  2. Hola persicola vuestras esperiencias dan para escribir un libro y eso que vuestra vida esta empezando.
    Siemper hechareis de menos cosas ,esteis donde esteis,pues en todos los sitios hay buenas y malas esperiencias y vivencias,espero que la vida os depare muy buenos momentos y el futuro hos dara todo lo que os mereceis,ANIMO.
    Estoy esperando el 6 de dici todo lo contarrio quepero el 16 de ene que espero tarde en llegar para que te de tiempo a hacer todas las cosas que tienes pendientes,la aceituna ya veremos si te la deja Carol pero no te preocupes que tenemos unas forever que filpas y de Rivas a Madrid no hay nada.
    La comida de España es fabulosa pues ya sabes el saque que yo tengo pero tampoco hogo ascos a una buena mesa con comida china y estoy deseanda probar tu arte culinario sea chino o español.
    Espero no tener muchas de eso que tu sabes.
    Mucha fuerza y animo para que termineis con exito la guia y que sea la primera de muchas mas,pues teneis que viajar por todo el mundo haciendo lo que os gusta conocer sitios y gentes.
    muchos besosssssssssssssss,y asta casi mañana

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  3. De la temperatura no os preocupeis. Para vosotros, que venís de un "diez bajo cero", esto os parecerá casi verano.
    Y de la crisis tampoco, seguro que sabreis seguir adelante.

    Esclaramunda

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  4. Muy bueno :-)
    Echar de menos las cosas cotidianas de un lugar cuando estás lejos y maldecirlas cuando estás en casa es parte de nuestra naturaleza!!!! Y más para alguien como nosotras que hemos elegido una vida con la maleta siempre preparada!!!! Mírame a mí que ahora viajo en caravana por toda Italia!!!!
    Nos vemos dentro de nada.
    Un besazo!!!!
    Silvia

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