domingo, 28 de junio de 2009

Órdago a grande y a chica


Era domingo. Madrugamos sin rechistar a la espera de un nuevo encuentro. La ocasión lo merecía y el aeropuerto dio fe de ello cuando recibió a nuestros siguientes visitantes. Raquel y Carlos aparecieron por la puerta corredera de salida con cara de cansancio pero con esa esencia que comparten todos los que aterrizan en el Capital Airport: la curiosidad. Preguntas sin cesar cómo un padre hace a su hijo para conocer, para valorar, para asimilar aquello que se muestra extraño a sus ojos.

Michael Jackson hace dos días decidió que ya era hora de convertirse en mito y dio su último concierto en vida. Hace tiempo que nos abandonó, ahora intentaba reinventarse, pero cuando eres preso de tu propio éxito, estás condenado para siempre. Su intento de disfrazarse de blanco fue una excentricidad de un brillante excéntrico, musicalmente hablando. Dicen las malas lenguas que estaría escuchando Radiohead cerca de una ventana abierta. Conozco a gente que ha “volado” escuchando a los chicos de Oxford, liderados por el atormentado Tom Yorke.


La Plaza de Tian´anmen, el Distrito 798 o el vietnamita Nuage han sustituido los bailes en las noches madrileñas o aquellos cafés en la terraza de Rivas que tantas conversaciones ha escuchado. Ahora es el momento de descubrir, no de repetir. Días que alargamos más de 24 horas para no cerrar los ojos hasta que el cuerpo dice basta y el calor se apodera de nosotros. Los tintes españoles dejan huella allá adónde vayan para comprobar que no hay mayor orgullo que el de la propia tierra.

Beijing se ha convertido en un desierto urbano donde los camellos son autobuses sin aire acondicionado. Buscamos un oasis y nos deshidratamos en el intento. Hoy extrañamos las temperaturas negativas del invierno.


Envido, cinco más, lo veo. Desde que el apartamento 1701 se ha convertido en un casino en la sombra nadie se achica. Dos de grande, una de envite a chica…y ¿quién tiene la blanca doble? La fanfarronería del mus y la inteligencia del dominó dictan quien visita la cocina, quien va a comprar y quien prueba el tofu frito…ellas dicen que es un manjar para los chinos, que malo no estará. “Bon apetit”.

Más de cinco meses sin vernos y muchas conversaciones perdidas en nuestros pensamientos. Ya por fin parece que llega el momento y el primer día de julio cogerás el avión hacia la capital del país que creó un después dentro de ti. V y C, Helsinki será vuestra última parada previa. ¡Buen viaje!


sábado, 20 de junio de 2009

Del gris al rojo de tinte español


¿Una larga cola de chinos para coger un plato de tortilla de patata y de paella? Sí, eso es lo que hoy hemos podido ver en el Instituto Cervantes de Beijing. El 20 J o el Día del español ha sido más que una experiencia, una visión divertida de la gente con ojos rasgados. La cultura española tiene muchos adeptos en este rincón del planeta, nos aprecian, nos alaban y nos quieren conocer. Del mismo modo que aprendemos a sentir China, no nos olvidamos de dónde venimos y lo grande que es nuestra pequeña España.


No hay día que no veamos a un chino vestido de pijama paseando por la calle como si fuera lo más normal del mundo. Lo más preocupante de la situación es que nosotros empezamos a justificar esa vestimenta… ¿nos imagináis caminando por la Calle de Fuencarral de esa guisa? Seguiremos escribiendo más sobre usos y costumbres chinescas, no tienen desperdicio.

Cielos encapotados que no permiten ver qué nos espera. Ambiente tan opaco como nuestra vida, aquella que aún seguimos buscando. Durante los últimos días en Beijing, el gris ha colonizado nuestras calles, nuestras rutinas. Ya nos avisaron que las tormentas de arena del desierto de Gobi llegarían y nos complicarían en la época primaveral pero creímos que ésta ya había pasado, estamos casi en verano. Dos días con polvo, contaminación, arena, o aquello que fuese, nos han obligado a quedarnos en casa y ver la película desde nuestra ventana del piso 17.





Como un regalo desde Madrid, llegó el fuerte viento ayer por la tarde y se lo llevó todo. No pudo la lluvia ni tampoco el Protocolo de Kyoto, tuvo que hacerlo el mismo responsable que, según dicen, lo trajo. Hoy Beijing parece el de ayer y nosotros con él. El cielo ha cambiado y también nuestro ánimos, aquellos que se elevan al ritmo de la aparición de nuevas oportunidades laborales. Por unos días, hemos vivido en un desierto pero el ambiente y nuestra mente nos han traído de vuelta a la civilización y a las noches estrelladas.

Antes de venir a China, muchos fueron los que prometieron pisar tierras orientales. Más de los que imaginé, esos son los que finalmente se han animado. Mañana llega nuestra tercera visita, una pareja cargada de ilusión y con muchas expectativas puestas. El día que me dieron la noticia de su posible viaje a la capital que nos acoge, he de reconocer que me llenó de satisfacción y alegría. Sé que para ellos este viaje es un gran esfuerzo, aquel que merece una experiencia por Asia. No os preocupéis que nosotros nos encargaremos de que vuestro recuerdo sea bastante más que un álbum de fotos. China será un cambio de perspectiva en vuestra visión del mundo.

lunes, 15 de junio de 2009

Lost in Hong Kong

Segunda visita a Hong Kong en dos meses y parece que hemos descubierto una nueva ciudad, un nuevo destino. Muchos dicen que es pequeña y manejable para recorrer en cuatro días, pero nuestra experiencia nos dice lo contrario.

Un viaje al más estilo hongkonés. Margaret, anfitriona, amiga local que nos ha ofrecido su casa en aquella zona que bien podría confundirse con el Tokio más esquizofrénico, Causeway Bay. Su oasis nos aísla de las multitudes enfervorecidas que pasean por la calle comercial más transitada de toda la isla. Cerca de todo, hasta el punto de sentir que Beijing se nos vuelve a escapar de las manos. Vivir en tierra flotante tiene un aire más festivo pero la humedad nunca falta a su fanático día a día.

El skyline se muestra como la alineación de cajas de cerillas de diferentes tamaños sobre un fondo de altura, de montañas que tocan el cielo. Ésta es la imagen más descrita cuando se pregunta por Hong Kong, pero mirar hacia el Sur, en vez de hacia el Norte, nos descubre nuevos caminos. Stantley y Repulse se abren ante nuestros ojos. Bahías decoradas con lujosas casas que en verano acogen a todo amante de la mar. Tomar uno de los autobuses que salen de Central hacia el sur de la isla se convierte en una excursión donde se recorre un sendero de

centros de tenis, de golf y de todos aquellos deportes de la aristocracia inglesa.

De niño jugabas a ser pirata. El parche ocultando un ojo perdido en un abordaje, el loro al hombro convertido en la conciencia, un garfio por mano que infundía respeto y una vida a la deriva de unas olas caprichosas, seducía a cualquiera para emular a Francis Drake y gritar “¡Al abordaje!”.

Cheung Chao es una pequeña isla de Hong Kong y antiguo refugio de piratas. Hoy, el barco que te lleva a la isla no tiene velas ni la bandera negra con una calavera. La tripulación no es ni despiadada ni valiente y los polizones con pagar una multa de unos cuantos HK$ saldan su deuda. ¿Dónde queda pasar diez veces por la quilla de la nave?

Un Fast Ferry nos acercó a la verde isla de Lantau y allí nos encontramos con el Gran Buda de bronce en el Monasterio de Po Lin. En la playa de Cheung Sha, bañada por el Mar de la China Meridional, inauguramos la temporada de baño retando a un cartel que avisaba de la presencia de tiburones.

Viajar a la infancia es recuperar la inocencia que nos ayuda a ilusionarnos y seguir en busca del tesoro.

lunes, 8 de junio de 2009

El tren pasa dos veces


Todos los medios se hicieron eco de la noticia. El 4/6, como aquí lo llaman, despertó la curiosidad de los turistas y occidentales que viven en Beijing mientras que sus propios ciudadanos paseaban por la plaza como si tal cosa. Una de cada dos personas que se encontraban en la inmediaciones era policía o agente secreto y llevaban un paraguas que hacía a veces de protector solar y otras de telón. Ocultar la tensión del ambiente era una utopía y los que nos quisimos adentrar en la plaza experimentamos un riguroso control de pasaportes, bolsos y demás objetos sospechosos de difusión. Entramos, sí, pero pocos occidentales pudieron hacerlo y los que allí nos encontrábamos tuvimos que sentir el peso de mil ojos vigilando a todo sospechoso. Un aniversario que se celebró en secreto con una seguridad de la que hacen gala cada día.

Desde que decidimos tomar este tren hacia China, muchos fueron los que nos adelantaron que se pondrían en contacto con programas donde los españoles que viven fuera hacen de guías ante una cámara. No hizo falta esa llamada. Esta semana Callejeros viajeros de la cadena Cuatro aterrizó en Beijing y nos propuso que pasásemos una tarde con ellos. Miedo vs curiosidad. Aquello a lo que nos habíamos negado, nos llegó por sorpresa y no pudimos rechazarlo. En pocas semanas saldrá en televisión y esperamos que lo que veáis despierte ese gusanito que os anime a visitar la capital del norte.

A las 13:08 horas del 6 de junio de la Estación del Oeste de Beijing salió nuestro tren con destino Kowloon. Nosotros pudimos verle partir desde el andén. El día amaneció gris, lluvioso y tornó en negro. Un mal cálculo de las distancias y del tiempo y la confianza del osado nos hicieron ver cómo nos cerraban las puertas de facturación y perder el tren.
Lo peor vino inmediatamente después. La persona (china) que creíamos que nos estaba ayudando resultó ser un “busca vidas”. La frustración y el nerviosismo nos hicieron ser confiados y bajar la guardia. El tipo en cuestión nos hizo un cambio de billete sin que nos diésemos cuenta y sólo pudimos recuperar el importe de uno de los billetes. Nos timaron, sí, pero vendimos cara nuestra piel. Intentamos denunciar el suceso pero, cuando nos dimos cuenta de que aquello no iba ninguna parte, pensamos ya sólo en el nuevo intento de coger el próximo tren a Kowloon este lunes 8 de junio. Mañana seremos los primeros en pisar ese andén.

martes, 2 de junio de 2009

Palabras disfrazadas


Un mes que estrenamos para disfrutarlo. Junio pasará a nuestra historia por su importancia en palabras. Textos escritos ocultos bajo una mirada de ojos que empiezan a rasgarse para continuar con una vida en el dormilón que empieza a espabilar. Esperamos críticas, sugerencias y también buenas palabras a un trabajo que se empezó en Madrid y que nos introdujo en nuestro “Gayjing” particular.

Decoramos y redecoramos. Una sola visita a Ikea (“yi jia”, como aquí lo llaman) no fue suficiente y este fin de semana tuvimos que armarnos de valor, otra vez, para salir de allí con una mesa y dos sillas que formasen nuestro centro de operaciones. Los sábados por la mañana la casa sueca recibe a cientos de chinos que hacen de la compra una pesadilla. Tras un recorrido guiado por todas y cada una de las secciones, misión cumplida. Mientras tanto, la reservada Xing sigue enseñándonos los secretos de esta lengua que se habla sin mover la boca y se canta por sus cuatro tonos.


Dicen que la gastronomía china es tan saludable que sortea aquellos “defectillos” que empiezan a aparecer cuando envejecemos. Soja, verduras y mucho ejercicio les ayuda a disfrutar de partidos de bádminton que pocos de nuestra edad podrían soportar. La visita al parque de Ritan, la única zona verde de entrada gratuita hasta el momento, dejó claras evidencias de que un hombre de setenta años en China es capaz de jugar o bailar casi sin despeinarse. Envidia sana que nos motiva a mejorar cada día. ¿Nadie quiere escribir un libro sobre su estilo de vida, sobre su mentalidad? Eso sí que sería un éxito y no las memorias de Ana Rosa Quintana. La vida es una lucha de gigantes que nadie pasa sin tropezar y de la que los asiáticos parecen sobreponerse con energía.

Debemos estar en una recta porque vamos muy rápido. Ya tenemos en nuestras manos dos billetes de tren con destino a Hong Kong. Esta nueva y adelantada salida viene motivada por el hecho de que Margaret, nuestra alumna de español, nos ha invitado a su casa de Wan Chai, en la isla de HK. El Puerto Perfumado no espera, a ver si esta vez nos cruzamos con alguna triada.

Veinte años después, tus profecías se cumplieron y ya estás con la abuela Bienve. En su momento no fui consciente, pero hoy sé cuándo fue la última vez que te vi. Lo mejor que tengo son los momentos compartidos con un tío que fue como un abuelo. Chubasco, tu ausencia será tan grande como el cariño que se te tiene.


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