domingo, 22 de mayo de 2011

Distancias que nos acercan

Siguiendo la máxima de Caye, protagonista de la película “Princesas” de Fernando León de Aranoa, “Existimos porque alguien piensa en nosotros”, nos solidarizamos con la gente de Lorca.  El pasado 11 de mayo nueves personas murieron, además de centenares de heridos, como consecuencia de un terremoto de magnitud 5,1. Existen muchas maneras de ayudar a las familias que han perdido a un ser querido, a las personas que han visto reducidas sus muchas o pocas pertenencias  a escombros, unas más efectivas que otras, pero todas igual de válidas. Pasarán los días, acontecerán nuevas noticas y la gente de Lorca no debería caer en el olvido por un gesto tan liviano como es pasar de página en un periódico.

Un expatriado nunca se desvincula de los lazos invisibles que le unen al lugar donde nació. Ríe, llora, se congratula, se lamenta, se ilusiona, se decepciona, pero siempre se enorgullece de su procedencia. Inmersos en la era del Internet es imposible no saber minuto a minuto que está ocurriendo allende los mares y las montañas que separan China de España. Nuestra aventura rasgada coincidió con la debacle económica que poco a poco fue hundiendo el país, mientras subía a la superficie un poso de realidad que no quisimos ver.  El 15 de mayo un grupo de gente anónima salió a la calle para decir “Basta” y aunar bajo un mismo paraguas a personas de diferente índole desencantadas, tristes, indignadas y decepcionadas por el presente y el futuro que se dibuja para España si no se produce un cambio.  Hoy, día de las elecciones, tenemos la oportunidad de hacer aquello que otras personas no pueden hacer en sus países. Les debemos nuestro voto.

Por el estómago se conquista a los países más variopintos, sin importar la cultura o costumbres. Las puertas de China están abiertas a nuevas experiencias gastronómicas, son muchos los chinos que ansían probar un nuevo manjar ¨exótico¨ a su paladar y parece que las empresas agroalimentarias lo saben. Muestra de ello ha sido la reciente feria que ha pasado por Shanghai, denominada internacionalmente SIAL, y que trata de ser un encuentro de las empresas relacionadas con el sector de la gastronomía. Todos quieren estar presentes, pocos son los que ya tienen distribuidor aquí. Un buen lugar para esos intermediarios que ponen en contacto el producto con el cliente final.

Tres días de feria que fueron un suplicio para nuestros pies, para nuestros estómagos. Mucha comida que alegraba la vista pero no demasiado que llevarse a la boca. Allí se va a hacer negocios y ¡a pasar calor! Quien piense en otra cosa, que se quede en casa. Nosotros lo disfrutamos, pero no queremos oír hablar de SIAL hasta el año que viene. Tal vez esa vez las empresas españolas vengan todas bajo el mismo paraguas, respaldadas por un organismo superior nacional. Con experiencias como ésta, te das cuenta lo segregada que está la mentalidad del español, que escapa de cualquier colaboración para el beneficio global de la ¨Marca España¨. Algún día nos daremos cuenta de que ese es el motivo de que los demás países estén entrando en el gigante asiático por la puerta grande y nosotros no.  

Palabra: comienzo 
Igual que Martín Luther King "Yo tengo un sueño".

domingo, 8 de mayo de 2011

Atención, amigo conductor


Los chinos son grandes aficionados al uso del móvil. Se les puede ver en cualquier lugar hablando, escribiendo un sms, escuchando música, jugando, leyendo y trasteando con él. Los usos son infinitos y cualquier excusa es buena para desenfundarlo. No hay chino que no tenga móvil y la tontería supina de mostrar el último modelo, customizado con horteras adornos, es hasta divertida de ver. Un amigo nos transcribió la siguiente conversación vía sms entre una joven y muy feliz pareja: “¿Dónde estás?- pregunta ella. De camino a la parada del autobús-responde él. ¿Te queda mucho?-quiere saber ella.  No, ya he llegado-dice él ¿Qué ves?- pregunta curiosa ella. Poca cosa-dice lacónicamente él ¿No quieres hablar conmigo?-vuelve a la carga ella. Claro que quiero hablar contigo-gana tiempo él. ¿Has subido ya al autobús?”. No supimos el final porque venía el autobús y nos despedimos de nuestro amigo.
En Shanghai lo cotidiano es sinónimo de odisea, aderezado con tintes esperpénticos y surrealistas. Una oficina cualquiera de China Mobile se convierte en un escenario donde empleados, clientes y otros parroquianos  escenifican  la  banal obra “Quiero dar de alta Internet en mi teléfono móvil”.  Durante el primer acto se hace saber al iluso extranjero o ¨laowei¨  que lo que pretende hacer es imposible. Sin darse cuenta, se habrá formado un grupo de curiosos sin ningún tipo de disimulo que le rodearán y tratarán de conocer con detalle los pormenores de lo que ha venido a hacer, además de opinar. En el segundo acto, lo que parecía imposible se traduce en la desidia por parte del trabajador en realizar cualquier tipo de trabajo que le suponga un esfuerzo mayor que el de coger su termo de té. Un puñado de yuanes levanta a cualquier trabajador de su cochambrosa silla para tratar de ser eficiente. Después de una tediosa espera, una lucha sin ningún sentido, el empleado teclea algo y el ¨laowei¨ ya tiene Internet en su móvil.

¿Cuántas veces hemos recibido esos correos con las imágenes TOP 10 sobre seguridad laboral? Siempre sorprenden, nunca miramos incrédulos. Parece que en ciertos lugares no existen los arnés, los cascos ni tampoco el sentido común. Recuerdo cómo en muchas ocasiones el gran vencedor no era otro que el gigante asiático, un país en constante construcción donde los obreros no se paran a pensar por su integridad.

En las últimas semanas, nuestro distrito se está lavando la cara y es muy habitual comprobar cómo el siguiente es aún más temerario que el anterior. Es como si viésemos esa lista vestida de PowerPoint cada día, pero en lugar de a través de la pantalla de ordenador, esta vez lo vivimos en 3D. Escaleras con la base de las patas puntiaguda, obreros haciendo equilibrio sobre los cables de la luz o alcantarillas abiertas por la que asoman sus cabezas en medio de una gran avenida. No tienen miedo, aunque sí peligro. Tirarles una foto resulta casi ofensivo, ellos no sienten estar haciendo nada extraño, llamativo, como para ser motivo de ser plasmado en nuestras cámaras. Un día recibiréis en vuestro correo un TOP 10, esta vez será entero ¨Made in China¨.

Palabra: mensaje
Cita: Laurence Sterne dijo ¨La temeridad cambia de nombre cuando obtiene éxito. Entonces se llama heroísmo¨.

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