sábado, 30 de enero de 2010

La pieza de un puzle

Como diría Luis Piedrahita, hoy vamos a hablar sobre uno de esos elementos que forman parte de nuestra cocina y que no echamos de menos hasta que nos falta. El exprimidor, un gran aparato que venden en las tiendas de los chinos en España a un módico precio pero que en China parece una misión imposible digna de 007. ¿La solución? Ir a un centro comercial estilo El Corte Inglés, con productos importados, para hacernos con uno que cuida su utilidad tanto como su diseño.


Shanghai, aquella ciudad conocida por su aire cosmopolita. Beijing, capital tradicional de un dragón que poco a poco comienza a despertar. Dos lugares que bien podrían ser la puerta de entrada a países antagónicos pero, sin embargo, la realidad es caprichosa. Comparten fronteras, no pensamientos. Los más de 1.400 km que distan entre una ciudad a otra son tan sólo algo simbólico de lo que realmente les diferencia. El estilo de vida, las ambiciones y los miedos no se pueden equiparar. Shanghai es moderna, aventurada y se está convirtiendo en la llave para abrir ese baúl de un país que esconde tesoros que ansiamos conocer. Y hablamos, mejor dicho, escribimos en primera persona porque los que no somos “Zhong guo ren” nos sentimos más ambiciosos en esta ciudad. No hay lugar para la comodidad-estable. Cada rincón, cada conversación, cada mañana, surge una nueva idea que nos haga crecer.

El alma de arqueólogo del que hace gala el acalde de Madrid parece tener su réplica en su homónimo de Shanghai. La Puta de Oriente, como es conocida la ciudad que este año nos acoge entre sus brazos, no hay día en que se abra una nueva zanja en sus calles mostrando sus entrañas a unos transeúntes acostumbrados a ver excavadoras y rascacielos a partes iguales.

Tomamos el metro, pugnamos por entrar en un atestado vagón, esquivamos todo tipo de vehículos que tratan de circular por un levantado asfalto, hasta llegar a nuestro destino. La zona comercial de Yuyuan, en la ciudad vieja de Shanghai. La arquitectura china tradicional de los edificios dan cobijo a esas franquicias que todos podéis imaginar. Los chinos parecen disfrutar degustando una alita de pollo entre sorbo y sorbo de un café de Seattle.


Hoy ha dicho adiós el escritor que hizo del silencio un modo de vida. Esquivo con la sociedad, J.D. Salinger copa portadas de periódicos de todo el mundo y sus cuatro libros dispararán los índices de venta por culpa de los consumidores de mitos y no de hombres.

Mientras tanto, ya se está gestando la primera visita…


Oscar Wilde, en el Retrato de Dorian Gray escribió “para poner a prueba la realidad, debemos verla sobre la cuerda floja.”

La palabra del post de hoy es: incertidumbre.

domingo, 24 de enero de 2010

Donde las personas parecen hormigas


El 17 de enero tomamos un avión rumbo Shanghai, previa efímera escala en Estambul ¿de regreso a casa? Como nos imaginábamos, el vuelo resultó ser más largo que amargo. Una vez en tierra prometida, decidimos probar la sensación de ir a más de 300 km/h a bordo del Tren de Suspensión Magnética (Maglev), que une el Aeropuerto Internacional de Pudong con el centro de la ciudad. La experiencia duró ocho minutos. China nos recibió de la única manera que parece saber hacer las cosas. A lo grande.

Si hoy es 24 enero ¿Por qué los motivos navideños, estilo oriental, decoran las calles y las superficies comerciales? Por aquí se preparan para recibir el nuevo y felino año 4708.

El tiempo echa marcha atrás, volvemos a nuestras primeras andadas en China. Segundo año, otra ciudad por la que caminar. Si buscar piso en Beijing fue rápido y económico, encontrar un hogar en Shanghai es lo que se dice una tarea de chinos. Cuando no es la cocina pequeña, es la lavadora en medio del baño. En ese momento descubres que encontrar una casa que te guste en todos sus detalles será una quimera… ¿pero nosotros no buscábamos algo temporal? Los “danshi” resuenan en nuestra cabeza impulsándonos hacia uno, alejándonos de otro. Cada día, la novela tenía un desenlace diferente.


Esta vez ha ganado lo puramente práctico. Nuestro nuevo hogar es pequeño, disfrazado de dúplex. Desde un decimosexto piso, esta vez real, se vislumbra el horizonte y una pequeña panadería que hace esquina. Su coqueto baño nos hizo decantarnos por este apartamento convertido ya en centro de operaciones. Una vez firmado el contrato… ¡zafarrancho de combate! Después de dos días de limpieza y juegos de maniobrabilidad para encajar todas nuestras pertenencias, ya por fin podemos decir que tenemos una dirección a la que enviar vuestras postales…

Indira Ghandi nos dejó “la fuerza no proviene de la capacidad física, sino de la voluntad indomable”

Un post, una palabra: MATIZ

martes, 12 de enero de 2010

Un cambio de año que aún no llega a China

El cambio que cada cuatro años le pedimos a los políticos con nuestro voto y nunca experimentamos es el que hemos sentido desde que llegamos, hace ya más de un mes. La vuelta a casa ha sido una cita a ciegas con una realidad tan inesperada como significativa para nosotros. Un antropólogo dictaminaría nuestra estancia en Madrid como un rito de paso hacia la sana inalcanzable madurez.

Poco tiempo para todo lo que nos hubiera gustado hacer con vosotros. La idea de ir a contra reloj nos ha dejado exhaustos. Muchos cambios que digerir en un puñado de días. Pronto regresamos a China, a seguir buscando nuestro camino, esperando que el final esté más allá del horizonte.

La cuenta atrás ahora se vuelve en nuestra contra. El tiempo pasa rápido cuando las ganas de que se ralentice son mayores. Una bocanada de aire fresco, propio, nos llevamos de vuelta a China después de este mes. Un intervalo marcado por las sorpresas y la vida rutinaria, donde todos los elementos siguen en su sitio y nosotros somos los que nos sentimos extraños. Costó pero lo conseguimos y ahora pensamos en una rutina que dejaremos de nuevo atrás. La pregunta que más nos hacen estos días resuena en nuestra mente como una contradicción. ¿Tenéis ganas de volver?

Quizás hayamos pasado demasiado tiempo en nuestra tierra, el lugar que nos formó y que siempre acompaña al viajero. Demasiado tiempo para acostumbrarnos a las buenas costumbres y adoptar una comodidad que teníamos antes de embarcarnos en esta experiencia hace ya un año. Con ganas de volver a China, esta vez a Shanghai, nuestros sentimientos se contraponen a la tristeza de dejar España. En este 2010, las expectativas son diferentes pero igualmente vertiginosas.

¡FELIZ 2010!

"Él no se va a posicionar de ningún lado, sólo es capaz de equilibrar la vida", Avatar.

Powered by Blogger Widgets


Desde

A
Salida

Regreso

Adultos

Niños
Bebés