sábado, 31 de julio de 2010

7 x 2 = 14

No es un adiós, es un hasta luego. Esa es la frase más repetida por todos los seguidores del 7 madridista. Un sentimiento contrario de alegría y tristeza se apodera del corazón de todos los que siempre hemos defendido a Raúl González. Su despedida, sus últimas palabras como jugador del Real Madrid producen melancolía, pero también, por qué no, esperanza en el futuro. Sabemos que el cambio de aires le vendrá bien y qué mejor destino que el Schalke 04, un equipo donde puede ser el referente que llegó a ser en Madrid durante muchos años. Allí valoran su humildad, su fortaleza y su energía para luchar. ¿Acaso con 33 años ya está acabado? Confiamos en que no será así, que demostrará una filosofía aprendida cada domingo que saltaba al Bernabeu, un estadio que de momento dejará de disfrutar con su magia. A partir de ahora todos seremos un poco más alemanes. ¡Viva Raúl, Viva el S04!

Continuamos con las despedidas….

Ahora que se ha ido, sería justo recordarle por lo que fue y no por lo que nos hubiera gustado que fuera. Echemos la vista atrás y pensemos que ya nunca más volveremos a ver aquellos mágicos momentos que nos regaló, fuera y dentro de un campo de fútbol, este díscolo talento de Torrejón. Guti era de esos jugadores que le echábamos de menos mucho antes de que llegara el día en que nos dijo “adiós”. Hace años nos preguntábamos ¿Qué pasará cuando ya no esté? Hoy es una realidad y la respuesta es una incógnita. La incomprensión va ligada a los privilegiados outsiders que con su manera de ver el mundo nos iluminan al resto del rebaño. El 14 encontraba el hueco que nadie más era capaz de ver y, sin embargo, siempre se le exigió ver más y más y más. Es una pena que haya gente que no supiera disfrutar del fútbol que Guti tenía en su cabeza.

7 x 2 = 14 Ya ninguno está, la historia dirá qué dos futbolistas hemos tenido la suerte de ver todos los domingos en el Santiago Bernabéu.


Lo que pensábamos que sería una semana ajetreada y algo más andaluza de lo que acostumbra para nosotros, se ha quedado en una lección de vida que nos entristece al tiempo que decepciona. Desde España se habla que la situación no está bien, que lo mejor es salir a otro país, que allí es donde hay oportunidad para el crecimiento. ¿Pero qué ocurre cuando estás fuera trabajando para empresas españolas? Pues que la mezcla es explosiva. Confiamos en su profesionalidad pero derrocaron al pequeño, al más débil. Dos días, tan sólo duró dos días de los siete que habíamos acordado. Lo institucional ha sido capaz de suplir todo lo demás. ¿Y la calidad, lo que tiene ese toque de color que todos buscamos? Un varapalo, otro para el montón de una profesión que se consume poco a poco. ¿Hacia dónde vamos?


Finalmente una importante visita se confirma. En el mes de septiembre el padre Galo y el hermano Borja volarán a Shanghai. Uno tenía ganas de venir, el otro repite, con síntomas de cansarse de Asia. Una nueva cuenta atrás comienza…



Palabra: lealtad
En Inglaterra dicen “one man club”, Raúl y Guti como si lo fueran.

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viernes, 23 de julio de 2010

Luchando a contra corriente

El restaurante Martín Berasategui en Shanghai está siendo nuestra mejor escuela. Cada día que pasa es una diferencia cultural más entre Oriente y Occidente que sumamos a una larga lista. Tras la gran fachada a modo de los Estudios Universales, se esconde una realidad que avanza despacio y que no parece ir hacia un punto en común desde el que podamos entendernos para progresar. Quizá, no sea cuestión de enseñar, sino de aceptar otra filosofía de vida nacida de una experiencia distinta a la nuestra. Sin embargo, estamos entrenando la paciencia, que la teníamos algo olvidada.

Para disfrutar China hay que mirar más allá de lo que ven los ojos. Gente vestida de pijama por la calle, otros escupiendo a discreción, filas en las que nadie respeta el turno, una conducción temeraria y sin más criterio que hacer lo que mejor le convenga a uno, una manera de hablar en la que apenas se dice gracias y siempre en un tono alto, casi regañándote. Por no hablar de la forma de hacer negocios. El dinero les importa demasiado como para pensar en otras cosas.

Con la idea de practicar deporte y cambiar de aires, hemos empezado a jugar al bádminton. La verdad sea dicha, no lo hacemos mal. Nuestros compañeros de cancha en la universidad en la que jugamos no nos miran riéndose de nosotros, cosa que se agradece. Estamos padeciendo el cansancio que supone este deporte que se juega con un volador, que no una pelota o bola. Hay que vernos como ingerimos después del partido una bebida isotónica de esas.


Sentir que una ciudad te abraza, te acoge, no es sólo cuestión de costumbres, también de compañía. Jael y Luciana (y eventualmente nuestra compañera de fútbol, Anna) son parte de nuestro rutina en Shanghai. Con salidas diurnas, nocturnas, diarias o semanales. Da igual la excusa, lo importante es compartir un plato de buenos noodles chinos. Y, para más satisfacción, el verano ya ha llegado. Y es que los giros de 180 grados existen. Tan pronto como el cielo de Shanghai no daba tregua a la lluvia, un día de la semana pasada comenzó a vislumbrarse un atisbo de luz. Y hasta hoy. En los últimos días el sol ha sido parte de nuestra rutina. El cielo azul, las altas temperaturas y las largas caminatas por la ciudad nos recuerdan a qué hemos venido hasta aquí.

En Jing´an es donde pagamos un alquiler mensual pero si de algún modo tenemos que situar nuestra casa, desde luego que ese sitio bien podría ser el Gran Meliá. Cubanos y españoles han hecho de este hotel un rincón con esencia latina que es difícil de esquivar. Liset, Eduardo, Ricardo, Juan, Raúl y una interminable lista de nombres nos acogen siempre de tal forma que la negativa nunca es una opción. El otro día conocimos el Havana Club, de la mano de Ricardo. Música cubana en directo, con mojitos y brochetas para los más hambrientos. Los chinos desplegando su arte para mover las caderas y los latinos disfrutando de la buena música y mejor compañía. Pero esto es sólo un aperitivo. La semana que viene llega Andalucía a Shanghai y el Gran Meliá (junto con el pabellón español en la Expo) serán los mejores anfitriones, tanto para la Junta como para nosotros.


La palabra de hoy es filosofía.

El orondo detective Bunks The wire con sabia experiencia dijo:"Es mejor tener suerte que ser buena persona".
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miércoles, 14 de julio de 2010

¡Viva España!

Las vueltas siempre son duras y más cuando la ciudad a la que se regresa no es la tuya. Tres semanas en España que dieron para mucho pero que supieron a poco. Una boda en La Toja de las más altas esferas, comidas familiares que sirvieron como reencuentro y, lo más importante, sentirse como en casa sin tener que forzar esa adaptación a la que estamos acostumbrados en Shanghai.

Íbamos con ganas de sol, calor y piscina, pero el tiempo en Madrid no nos acompañó la mayor parte de los días. Los chapuzones fueron escasos y disfrutar de un helado fue casi una utopía. Ahora hay noticias que dicen que España roza los 40 grados y aquí en Shanghai no para de llover… El concepto del verano pronto ha cambiado para nosotros.

Silvia, Jaime, gracias por haber compartido con nosotros el que ha sido y será uno de los días más especiales de vuestra vida. El fin de semana en La Toja tuvo todo lo que tiene que tener un recuerdo. Desde aquí esperamos que todo os vaya como deseéis.

En julio hemos comenzado otra etapa en China donde han despertado nuevos proyectos. Hoy estamos relacionados con la comunicación, esta vez más desde el lado empresarial. Trataremos de mejorar la imagen del Restaurante Martín Berasategui en Shanghai, potenciar sus puntos fuertes entre una sociedad que muchas veces no responde a ningún patrón. Hay mucho que hacer y aprender, por tanto, las posibilidades de mejora son abismales. Trabajamos y confiamos. El departamento de Comunicación está “under construction”, receptivo con todas las ideas que nos surjan. Es un reto, un complemento a las guías de viaje. Los días se llenan de notas de prensa al tiempo que viajamos en el espacio. De momento, nuestra jornada está dividida, será cuestión de meses que nos decantemos por uno u otro trabajo.

Sin banderas rojas y gualdas decorando las fachadas de los edificios, sin rastro de camisetas con los nombres de los nuevos héroes, con más legañas de la cuenta en los ojos, pero con la sensación de haber alcanzado un sueño. Así es como se vive en China el éxito de nuestra selección nacional del fútbol. Un trozo de España es feliz en la ciudad de Shanghai.

El 11 J estábamos en Madrid y pudimos ver junto a vosotros el inicio del camino hacia el Olimpo futbolístico por parte de los Chicos de Del Bosque. Una final de un Mundial de fútbol, el cumpleaños de una abuela y un padre, han sido citas que no hemos podido vivir in situ, pero que las hemos sentido desde la distancia como si estuviéramos allí. Un verano gris, húmedo y muy lluvioso no parece el mejor escenario para celebrar el título conseguido el 11 J por esos chicos que nos representan a todos. Deciros que, a 10.000 kilómetros de distancia, la noticia de que España ha ganado el Mundial de Sudáfrica ha tenido una importante repercusión. Este podría ser el primer paso hacia algo grande, mucho más allá del deporte.

“No sólo es ganar, sino cómo se gana”, por Vicente del Bosque.

La palabra de hoy es: CAMPEONES
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