Los periódicos llenan sus páginas de acuerdos entre países para proteger el clima y el medioambiente mientras que las nevadas y los terremotos no dejan de sacudir nuestro planeta. Hoy hay acuerdo, mañana no lo hay y, acaso, ¿hay alguna diferencia entre ambas conclusiones? El pasado 9 de marzo, Shanghai se levantó nevando, copos dignos de los Pirineos que cubrían las bicicletas de los locales (y las nuestras). Asombra que todavía, a día de hoy, tengamos esas nevadas, pero asombra aún más que el viernes llegásemos a los 20 grados. El contraste no es sólo patente en la sociedad y en sus calles, también lo es en el clima que nos protege y nos destruye.
Y mientras tanto, esperamos la llegada de la Semana Santa en España. Aquí no saldrán procesiones ni los estudiantes tienen vacaciones. ¿Las torrijas? Sí, esas tal vez lleguen a nuestras sartenes para hacernos sentir más cerca de casa. Pero con dulce o sin él, en pocos días un pedacito de Madrid llegará al Aeropuerto Internacional de Pudong. Las mamás descubrirán de primera mano una ciudad que apasiona a todo el que la pisa. El papá añora el lugar que le acogió por primera vez en China. Ellos vienen a disfrutar. Shanghai está dispuesta a deleitarles.
Un pedazo de nuestra alma se va con la literatura, con Delibes. El pasado viernes falleció un cazador de las palabras y de los sentimientos. Todos le querían, todos le admiraban. La sombra del ciprés es más alargada de lo que imaginaba y el sol proyecta su energía para que sus obras duren más que cinco horas con Mario, en este caso con España y con el mundo.
El vallisoletano Miguel Delibes amó su tierra por encima de todo: “Si el cielo de Castilla es alto es porque lo habrán levantado los campesinos de tanto mirarlo”.
LA PALABRA DE ESTE POST: CONSTANCIA
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Torrijas en Shanghai???? Sóis lo más!!!!!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarUn besazo!!!!
Delibes fue un genio, sin duda.
ResponderEliminarUn abrazo desde el norte del sur... de Europa.